Ahora que ha llegado esta temporada de relajación para ti, es el momento de elegir un excelente libro (o varios) para leer durante tus vacaciones. Si quieres retomar o empezar esta afición, te mostramos cómo tomar la mejor decisión.
Te preocupa tomar una decisión equivocada.
¿No crees que lo que vas a leer es perfecto? Eso es, a menos que elijas una novela que desprecies y con ello sabotees todo tu planteamiento. Por eso, la elección del libro debe formar parte del ritual, porque todo placer necesita unos buenos preliminares. Y hay que hacerlo bien. Si no tienes ideas, dirígete a LibroMundo, donde encontrarás varias recomendaciones que te ayudarán a disfrutar de la lectura de un excelente libro. Elegir qué leer en vacaciones requiere un momento de reflexión e introspección, ya que no es una opción fácil. Por eso, pregúntate siempre en qué estado de ánimo te encuentras: si quiero un drama o una comedia, si quiero evadirme o aprender, si quiero un thriller policíaco o algo de realismo mágico, una historia de amor o una narración histórica, algo de terror o una distopía, y en cuanto leas las reseñas del sitio, encontrarás el adecuado para ti y te liberarás del bloqueo de la elección.
Deberías aceptarlo sin remordimientos.
Casi todos los placeres de la vida tienen un precio. A cambio, recibirás algo. Hay un cierto grado de culpabilidad que viene con la diversión.
Leer en vacaciones es uno de los mayores placeres de la vida, y no conlleva ninguna culpa, sino todo lo contrario. Llévate un libro a una playa tranquila, siente el sol en la cara, escucha las olas y viaja mentalmente a donde te lleve tu libro, sin prisas, ni horarios, ni necesidad de leer las notas. Ir a un parque y tumbarse en la hierba con un buen libro, o ir al campo o sentarse en la terraza de un bar. Las vacaciones nos permiten dedicarnos por completo a la lectura, ciegos a cualquier distracción como las preocupaciones, las prisas, el cansancio, etc.
Las consideraciones más importantes para elegir el mejor material de lectura
No hay que despreciar a los clásicos:
Recurrir a los clásicos es una forma de asegurarse de que no te equivocas con tu lectura. Considere lo siguiente: si fueran libros horribles, no se considerarían clásicos. El argumento de un libro ha perdurado a lo largo de los años (o de los siglos) porque es una verdadera obra de arte, no porque tenga detrás al mejor community manager de la historia. Los clásicos están disponibles en una gran variedad de géneros y para un amplio abanico de intereses, así que tendrás que decidir qué quieres leer en vacaciones de cualquier manera. Eso sí, ten en cuenta que sus historias siempre serán más complejas (y mejores) y necesitarán que te sitúes en la mentalidad de otra época. Los clásicos, en cambio, son los textos que más nos enseñarán sobre gramática, vocabulario y cultura general.
Seamos sinceros con nosotros mismos sobre nuestras apetencias:
Si queremos leer un libro best seller sin complicarnos la vida, debemos hacerlo. La lectura no sólo debe ser culturalmente enriquecedora, sino también divertida (aunque se pueden dar ambas cosas). Por otro lado, si queremos leer un ensayo que nos aporte nuevas perspectivas sobre la realidad, también debemos hacerlo. Un lector inteligente debe recorrer todo el abanico para disfrutar de la experiencia completa, pero siempre eligiendo lo que sabe que va a apreciar en ese momento de una manera u otra, igual que podríamos elegir ver una comedia americana un día y una película indie iraní al siguiente. Si quiere experimentar, adelante; si quiere releer un libro que despertó su interés, adelante.
La lectura y el tiempo
Lo cierto es que la lectura es una actividad que requiere un cierto nivel de dedicación personal; más aún, requiere un compromiso personal con nosotros mismos. Esta afición, que se elige por puro gozo e inquietud intelectual, requiere un compromiso de tiempo y, a veces, de sacrificio. Sin embargo, es una actividad tremendamente satisfactoria.
También debemos recordar que tenemos derechos como lectores, y que es preferible leer algo que nos gusta a leer algo que nos hace sufrir o no nos provoca ningún sentimiento. Por eso, la selección de libros para las vacaciones es un asunto serio para cualquier lector entregado, pero no deja de ser muy divertido.
Hay que tener en cuenta que hay que pasar un buen rato. Muchos de nosotros no disponemos de mucho tiempo de vacaciones o de tiempo fuera de nuestras rutinas habituales, así que ¿por qué no aprovecharlo al máximo? Puede ser el momento de leer ese libro que nos han sugerido mucho, o ese otro que no hemos podido empezar por diversos motivos.
Elegir libros que no sean difíciles o densos.
Todos tenemos el mismo tiempo para leer; el truco es invertirlo en eso y no en otra cosa, lo que significa decir no a muchas otras posibles carreras. En vacaciones, el libro compite con otros estímulos que pueden ser más atractivos, por lo que intentar leer un libro difícil durante un periodo de supuesto ocio será más difícil de lo habitual.
Por supuesto, la selección de la mejor decisión es más difícil que la simple lectura de libros cortos; debemos recordar que mil páginas de un libro entretenido pueden ser digeridas más rápidamente que doscientas páginas de un texto complejo. La facilidad suele ir asociada a un sabor agradable. Ahora bien, a veces no se consigue lo perfecto; hay libros para todos los gustos; si uno disfrutó al principio, pero no pudo terminarlo, yo recomendaría dejarlo y dedicar ese tiempo a otra cosa que nos guste más; al fin y al cabo, para algo son las vacaciones. «La vida es demasiado corta para desperdiciarla en una literatura pésima».